San Juan de la Maguana. - Para muchos resulta fácil especificar el sentir de su profesión. Sin embargo, pensar en los sacrificios el compromiso y el valor que significa ser maestro, llevan a que Suzana Bienvenida Hernández sienta que buscarle una definición a este quehacer se convierta en una tarea sumamente difícil, aunque parezca sencillo.
Tan difícil que al repensar el trayecto que recorrió para hoy contar con 30 años en el magisterio la llevan a que no pueda contener las lágrimas.
“Es una de las carreras que más impactan y que a mí en particular me ha dado sentido a la vida y me ha llevado a levantarme y seguir caminando y poder estar aquí hoy”, reconoció mientras sus ojos se cristalizaron por las lágrimas.
Guarecida bajo uno de los frondosos árboles del Recinto Urania Montás, la maestra recordaba sus años de estudios en ese mismo complejo que pertenece al Instituto Superior de Formación Docente, ISFODOSU.
Mientras hablaba no podía esconder las emociones encontradas en su interior, especialmente el orgullo que siente de haber podido salir adelante y trabajar formando a futuros formadores.
“Creo que realmente vale la pena trabajar más cuando vas a una comunidad y puedes transformar la mentalidad de los que allí viven a través de los estudiantes” explica.
Hernández viene de una familia de siete hermanos, tres de los cuales también son docentes.
¿Luego de 30 años de carrera qué consejo le daría a la nueva generación de maestros?
“A mis estudiantes les digo que ser docente es asumir una profesión con mucho orgullo y dignidad y que no vengan pensando que aquí se van a hacer millonarios económicamente, pero sí de amor, de afecto, de cariño y de recuerdos que no tiene valor económico que lo pueda recompensar. Que traten de marcar la diferencia, que sean autónomos y que no esperen que le digan qué hay que hacer, sino que se pregunten cada día qué más tengo que hacer”.